BIENVENIDOS

Bienvenidos al blog de la Sociedad Teusaquillana de Estudios Wilberianos. La Sociedad se constituyó como un grupo de estudio de la obra del filósofo norteamericano Ken Wilber, por un grupo de amigos con diversas profesiones, todos vecinos del sector de Teusaquillo, en Bogotá, Colombia.
En este blog comentaremos y discutiremos algunos libros de Ken Wilber, escogidos principalmente entre los que se dedican al tema de la ontología. Comenzaremos por un libro que, entre los que habíamos examinado, parecía tener un contenido ontológico más exhaustivo:
BREVE HISTORIA DE TODAS LAS COSAS edición en español de Kairós, 2004
El blog va a tener forma de seminario; cada uno de los participantes leerá un capítulo, sección, o lo que alcance o acuerde con los demás, y lo comentará con un texto en el blog. De ese modo, los demás participantes, y el lector desprevenido, podrán comentar el texto. Si usted no hace parte del grupo, siéntase libre de comentar; sin embargo sí le rogamos que sea breve y conciso, para no entorpecer la discusión.

sábado, 25 de noviembre de 2006

UNA TORTUGA SOBRE OTRA TORTUGA

En la introducción de la Breve Historia de Todas las Cosas, en una aparente maniobra comercial, Wilber se pone a discutir el tema de las diferencias entre el hombre y la mujer. Por el momento, guardaré ese tema como un recurso frívolo (aunque Wilber no aborda el tema frívolamente) para un texto posterior, cuando estemos cansados de tanto Kosmos, o para uno de los textos personales de los autores, y de ese modo, puedo entrar ya en materia con la ontología wilberiana.

Lo que sigue, es un comentario sobre el inicio del primer capítulo del libro: LA PAUTA QUE CONECTA. Este tema está tratado de manera bastante densa en el libro, de modo que no voy a tratar sino los primeros temas para poder discutirlos más minuciosamente.

GENERALIZACIONES ORIENTADORAS

En una entrada anterior se había mencionado el hecho de que Ken Wilber se ha embarcado en una tarea de tremenda generalidad, y que su área de interés es prácticamente todo lo conocible. La metodología que él utiliza es, desde luego, pensada precisamente para eso, y comienza con lo que él llama Generalizaciones Orientadoras. La idea, es que en cada área del conocimiento, hay variedad de teorías y enfoques, pero pueden buscarse pequeños elementos de consenso. Ken Wilber utiliza estos elementos de consenso como punto de partida para su filosofía, y a ese proceso de partir de ahí, le llama hacer generalizaciones orientadoras.
Hay que aclarar, en este punto, que Ken no da por sentado que lo que vale en un área del saber tenga que valer en otra, y que no está transponiendo formulaciones de un lenguaje donde significan una cosa, a otro donde significan otra, como hacen, por ejemplo, ciertos posmodernos con la Teoría del Caos y los fractales.
Pone dos ejemplos: Uno, el hecho de que de haber un desarrollo moral en la persona, debe tener al menos tres etapas, y otro, la existencia de fenómenos emergentes. En el primer caso, bastante sencillo, hay varios modelos con distinto número de etapas, siempre tres o más. Parece haber un consenso en que, por ejemplo, un modelo con sólo dos etapas es insatisfactorio. El segundo caso es algo más complejo, y viene del hecho de que cuando un sistema se vuelve más y más complejo, llega un momento en que surgen nuevas leyes en su comportamiento, que no existen para sistemas más simples. Esta idea es muy útil inclusive para definir las disciplina (química, física, biología... esto está discutido más o menos satisfactoriamente en este artículo sobre el genoma), o áreas de una misma disciplina, como la mecánica a la termodinámica. Y, desde luego, tiene consecuencias mucho más allá de la clasificación.

EVOLUCIÓN EN LOS TRES GRANDES DOMINIOS

A continuación, Wilber toma una de las generalizaciones orientadoras más útiles para su ontología, la idea de la universalidad de la evolución. De acuerdo con Wilber, hay tres grandes dominios en el universo, el material, el biológico y el mental, que él llama, el Cosmos, la Biosfera y la Noosfera. Y al conjunto de las tres, le llama el Kosmos, con K. Uno no sabe si alegrarse o preocuparse de que las distinciones que se comienzan a borrar en los chats y demás medios virtuales (como la de la C y la K) se vuelvan importantes para definir conceptos.
Y la naturaleza del Kosmos, según Ken, es evolutiva, o como él dice, creativa. En las tres esferas. Este giro que lo aleja del materialismo no es, como pudiera pensarse, producto de ninguna fe en particular, sino de su indagación sobre las bases comunes de muchas tradiciones. Dice tener suficientes generalizaciones orientadoras, para trabajar confiado sobre la idea de que el Kosmos es creativo, una idea de corte cercano al panteísmo.

Ahora bien. Todo eso es sólo preliminares. Cuando comienza a barajar y organizar sus generalizaciones, producto de la destilación de elementos comunes en diversos campos, tiene suficiente material para comenzar a construír una ontología, que es lo que estábamos esperando desde el principio.
Y esta ontología wilberiana se basa en 20 principios, de los cuales por el momento discutiremos sólo el primero

PRIMER PRINCIPIO DE LA PAUTA QUE CONECTA

  1. Todo lo que hay en el Kosmos, son HOLONES.
Un HOLÓN se define porque es parte de algo mayor, y tiene a su vez, partes menores. Luego, lo que dice Wilber es más o menos que no existe nada indivisible, puesto que todo tiene partes, y no existen sistemas cerrados, puesto que todo sistema es parte interactuante de otro sistema más grande.
La realidad que conocemos es, entonces, según él, un pequeño intervalo de una cadena infinita de cosas que son parte de cosas. Una versión de la cosmología de una tortuga subida en otra tortuga, subida en otra tortuga, subida en otra tortuga....
Esto lleva a pensar en algunos problemas, que por el momento son dos, uno para cada no-extremo de la cadena:
  • Hacia el lado de las partículas elementales, el hecho de que haya cada vez más partes, hace que cualquier objeto finito tenga infinitos grados de libertad (o variables sueltas, asociadas a sus componentes) y se vuelva difícil hablar de grados de complejidad diferentes, si todos son infinitos. No necesariamente es imposible, pero puede ser realmente un dolor de cabeza.
  • Hacia el lado del universo, el problema de un universo infinito ha sido ya ha sido mencionado por muchos cosmólogos. Está claro que no se puede poner infinita masa en el mismo espacio-tiempo, de modo que tenemos que hacer una estructura donde distintos juegos de espacio-tiempo hagan parte de un todo. Y cosas de ese estilo. Realmente, cosmológicamente, esto daría lugar a modelos muy, muy extraños.
Finalmente, planteo algunas dudas que me quedan hasta ahora con la lectura, aunque sospeche que las lecturas posteriores las van a aclarar:

  • ¿Cómo puede estar seguro Wilber de que para comparar distintas tradiciones, distintas disciplinas, etc., no está distorsionando los conceptos en el proceso de traducción o incluso en la ausencia de él?
  • En la pesca milagrosa de generalizaciones, ¿no entran algunas disciplinas en desventaja con otras, debido a su ámbito demasiado restringido? ¿No ocurre igual con las culturas que se han desarrollado en un medio menos variado, y con mayor aislamiento? ¿No hay algún otro aspecto de una cultura, una disciplina, o una tradición, que les dé preminencia en estas pescas milagrosas, provocando una especie de imperialismo?
  • ¿Es la sóla evidencia de evolución biológica por saltos, o por concurrencia creativa de muchos factores, la que le da pie a Wilber para enunciar la creatividad del Kosmos entero?
Esperando que esto sea tema de discusión más que suficiente, lo dejo ahí. Gracias por su atención.

10 comentarios:

Lanark dijo...

Antes de comenzar a comentar el texto, voy a hacer dos sugerencias metodológicas para los comentarios

1- Que se haga un comentario por tema, lo más concisos posibles, y no muchos temas en un mismo comentario. Eso hace más fácil leerlos y contestarlos. Incluso, si hay muchos comentarios, podría ser bueno grabarlos en un archivo de texto, y ponerlos uno por uno, poco a poco, para que puedan ser contestados y discutidos también poco a poco.

2- Que los comentarios no tienen que ser algo muy elaborado, cualquier comentario tiene cabida acá. Lo único, es que si se formulan preguntas, no sean demasiado generales, y que no se planteen demasiadas de una vez.

shoegazer dijo...

Me perdonarán que me meta a opinar sin haber leído nunca una página de Wilber (me han leído algunas, pero en estos días tengo muy poco tiempo para todo aquello que rebase el estrecho campo de mi profesión). Pero en cuanto al problema de trasladar ideas de una discipina, tradición, etc, a otra: Es un problema que ha existido siempre. Lyotard, siguiendo a Wittgenstein, señala que es necesario no perder de vista la INCONMENSURABILIDAD de distintos juegos de lenguaje (en este caso, disciplina/tradición = discurso = concatenación de juegos de lenguaje). Lo mismo pasa con las facultades (en el sentido kantiano: Razón, imaginación, entendimiento). Entonces Lyotard, siguiendo esta vez a Kant, señala que el JUICIO (la facultad de juzgar) es a la vez el mar que separa las islas de cada discurso, y la flota mercante que permite el comercio entre ellas. Este comercio sólo puede ser válido cuando no es imperialista, es decir, cuando no pretende aplicar las reglas de un discurso a otro. Y ésto sólo se logra mediante el recurso de la ANALOGÍA. El pensamiento analógico es defendido por Lyotard en varios textos, en particular "Peregrinaciones". Es obvio que esta idea es la misma que da origen al absurdo modelo de razonamiento que usan algunos postmodernos, y Lyotard mismo en algunos escritos (en particular "La condición postmoderna"). Pero la idea no es mala en principio, y creo que cabe considerarla como parámetro de juicio para examinar la legitimidad de las conexiones que establece Wilber.

A lo mejor esta intervención es completamente inútil y desenfocada, pero en todo caso si les interesa mirar un poco más el tema de la inconmensurabilidad de discursos pueden echarle una mirada a "La diferencia" (traducción correcta sería "El diferendo", pero qué se le va a hacer), de Lyotard, aunque es un libro densísimo. Mucho más legible, incluso a veces buena literatura, resulta "Peregrinaciones" y "El Entusiasmo".

Si no debo volver a hacer intervenciones que no mencionen a Wilber me avisan, por favor.

Lanark dijo...

Gracias, Shoegazer, me parece de lujo que opinen los que tengan algo que decir.

El criterio del no imperialismo de los discursos me parece tremendamente útil para evaluar esfuerzos como los de Wilber. Podríamos ver si trata o no de imponer las reglas de un discurso en otro diferente. Me surge la duda, también si lo que usa Wilber es el mismo recurso de la analogía, o si el le llama de un modo mas arriesgado (generalización) por alguna razón en particular.

Claro que, para empezar, en el ejemplo que citas ya Lyotard usa una imagen (no se si analogía) poco afortunada: la de algo que es a la vez el mar y la flota que atraviesa el mar. ¿porqué hacer una analogía con algo casi paradójico? A menos que uno pretenda disuadir al lector de tomar referentes familiares.

shoegazer dijo...

Creo que estaba recordando mal a Pacho Trusa (Lyotard, para los amigos); creo que él no dice que el Juicio sea la flota mercante, hay otra cosa más específica a la que se aplica esa analogía, pero ahora no recuerdo. Más bien, el juicio es como el mar porque delimita, separa, pero también permite el tránsito.

La analogía, para Lyotard, es más o menos lo siguiente (todo lo que digo está filtrado por mi precaria memoria, así que no me crean mucho): Digamos que uno no sabe cómo juzgar algo; se enfrenta a algo nuevo, nunca visto. Entonces uno se va a otro campo y toma un ejemplo de otro juicio que uno conozca. De ese ejemplo, uno toma el mecanismo del juicio; es decir, un proceso que uno realizó, aunque en el ejemplo tenía CONTENIDOS distintos a los que uno quiere mirar ahora. Por decirlo así, uno toma la regla del juicio pero no su contenido. Y es esto lo que aplica al otro proceso. Esto es algo que viene de la libre interpretación lyotardiana de Kant, y este es un ejemplo:

Juzgar la naturaleza como obra de arte: Nuestro conocimiento habitual del mundo (científico o cotidiano) necesita que hagamos un supuesto - que la naturaleza es coherente como si tuviera una FINALIDAD, un propósito. Esto es, que apliquemos las reglas de un juicio de libertad (moral) a un juicio de naturaleza (cognitivo).

No me acuerdo de más en este momento, y me asusté un poco al ver que estaba usando demasiados términos filosóficos sin rigor alguno. Todo esto era para proponer herramientas para ver si lo que hace Wilber cae dentro de la idea de analogía, o si es imperialismo. O si la analogía es imperialista, o qué.

Anónimo dijo...

En esta parte inicial del texto es difícil definir lo que Wilber llama “generalizaciones orientadoras”. Estas podrían ser más o menos generales y esto no es tan claro. Unas harían referencia a los consensos que hay sobre tópicos en partícular dentro de los principales paradigmas que componen cada disciplina; considerando a una disciplina como una rama del conocimiento de la ciencia occidental (como el ejemplo del desarrollo moral dentro de la psicología evolutiva) que tendría que restringirse al aspecto de la naturaleza que define un holón o nivel emergente de la realidad. Otras que abarquen varias disciplinas y por consiguiente aspectos mas amplios de la realidad, como por ejemplo el concepto de evolución.
En CIENCIA Y RELIGION, Wilber nos da algunas luces al respecto: ”...Shelling (1775-1854) afirma explícitamente la noción de evolución, Hegel (1770 - 1831) la expuso con un genio rara vez igualado, Herbert Spencer(1820-1903) la convirtió en una ley universal y su amigo Charles Darwin (1809-1882) la aplicó al campo de la biología. Más tarde aparece Sri Aaurobindo (1872-1950), quien la ubicó en su contexto espiritual más exacto y más profundo, y Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) terminó difundiéndola en occidente”.
Les sugiero leer completo el capitlo 8 ( EL IDEALISMO: EL DIOS QUE ESTA POR VENIR) de CIENCIA Y RELIGION..

Trebolazul dijo...

hola, gracias por tu visita y tu comentario sobre los gatos, un saludo.

jotasen dijo...

Cuál es la diferencia entre niveles de complejidad y holones?

Lanark dijo...

Asumiendo que entendí la pregunta de Jotasen, diré que los holones son cosas que describimos, y los niveles son elementos de nuestra descripción, con relaciones mucho más sencillas que los holones.

Los holones son cosas que tienen partes y que son parte de algo. Y son cosas que según el primer principio, existen. Son lo que describimos, no la forma cómo las describimos.

Podemos, por ejemplo decir que un tejido muscular es parte del corazón, y el corazón parte del organismo de un perro. Esos son holones. Pero el "nivel tejido", no es un holón, no existe más que en nuestra descripción, igual que el "nivel órgano" o el "nivel organismo".

Cuando se habla por ejemplo de niveles de emergencia, está el nivel físico, el nivel químico, el nivel sicológico, etc. Ken wilber da en otros lados varios ejemplos de niveles. En ningún caso los niveles son cosas en sí, y nunca se intenta hacer una ontología que diga "lo que existe son los niveles".
Desde luego, los holones pueden ubicarse en un nivel de emergencia; un átomo es un holón que ubicamos en el nivel físico, un gramo de agua o una piedra la ubicamos en el nivel químico, un hígado en el nivel biológico, etcétera.

rafico dijo...

Cordial saludo
Es interesante el ejercicio que hacen, pero más interesante es intentar abordar el tema del "holismo".

No tengo escuela en la filosofía, he llegado a Wilber por el tema de "la complejidad", éste lo he abordado como cualquier neófito, primero leyendo artículos al respecto y motivado por lo que se lee, sentir que aquello de alguna forma ya lo sabíamos, ese sentir intuitivo, me parece sugerente, es como toparse con “un catalogo universal de cosas”, y que éste, “es y esté” inherente en nosotros, me parece que esa cualidad, es la que permite unir el “pandemónium” de interpretaciones que construimos, pero, este unir no en un sentido de reducir, al contrario, en un “aluvión” de posibilidades, en las que cada uno elabora su realidad, pero estas construcciones de realidades satelizan con la exigencia de ser “abiertas”.

Gran tema....

Un abrazo y quedo atento.

Lanark dijo...

Rafico: Si hay un tema recurrente en la filosofía de Ken Wilber es precisamente la unificación. En particular, la idea de la complejidad, que tiende a ser un tema tan centrífugo, por decirlo así, es tal vez uno de los escollos que le ha exigido a Wilber un mayor esfuerzo unificador. Tu comentario me parece bastante acertado, respecto a la forma como Wilber aborda este problema.

Gracias por tu visita y comentario.